Para casi todos los padres la palabra “adolescencia” provoca cierto pánico, y es que cuando sentimos que nuestros hijos están llegando a esta etapa de su vida se empiezan a producir muchos cambios que en ocasiones no sabemos cómo afrontar.
La adolescencia es una etapa de nuestra vida en la que se producen numerosos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales. Es el momento en el que abandonamos la infancia para entrar en el proceso de convertirnos en adultos. Este proceso a veces, se puede convertir en un momento difícil tanto para los padres como para el adolescente.
Es importante conocer cuáles son los cambios más significativos que se producen durante la adolescencia para poder entender mejor a nuestros hijos. Muchas veces empatizar con el proceso vital que está viviendo nuestro hijo, nos puede servir de mucha ayuda. De poco sirve pensar “yo en la adolescencia no me comportaba así”, “los niños de hoy en día no son como antes”, debemos tener en cuenta que el entorno actual no es el mismo que nosotros vivimos. Actualmente, los adolescentes se relacionan, se comunican de una manera diferente a como nosotros lo hacíamos.
Desde el inicio de la pubertad alrededor de los 10 años hasta la etapa final del periodo hacia los 19-20 años, a grandes rasgos, formamos nuestra propia identidad, definiendo nuestra personalidad que se consolidará en la edad adulta. Nuestros hijos ya no son ni niños ni adultos y son conscientes de estos cambios. Continuamente se enfrentan a situaciones que para ellos son totalmente nuevas y han de aprender a desempeñar papeles en la vida diaria que antes no desempeñaban. Están dejando de ser niños para pasar a ser adultos. Todo este caos en su interior se puede traducir en cambios del estado de ánimo, emergentes impulsos, cuestionamiento de su comportamiento, preocupación por sus relaciones sociales y sexuales, interés por nuevas actividades, búsqueda de autonomía y afirmación personal…
Como padres, nos sentimos en la obligación de hacer frente a todas estas situaciones de la mejor manera posible, a veces, hasta el punto de obsesionarnos. Lo importante es ser conscientes de los cambios que están atravesando nuestros hijos, de cómo se sienten y porque actúan así. No debemos tener tabúes a la hora de hablar sobre ciertos temas como la sexualidad, las relaciones de nuestros hijos, nuevas tecnologías, drogas… pero tenemos que tener en cuenta que somos sus padres no sus amigos y que principalmente a estas edades necesitan también desarrollar su propia intimidad. No les suelen importar nuestros “sermones” sobre como nosotros actuaríamos en cada situación y lo que nosotros pensamos. Buscan ser escuchados, apoyados y comprendidos, aunque, por supuesto debemos orientarlos.
A veces sentimos que la situación se nos está yendo de las manos y quizás busquemos ayuda en un profesional. Desde el ámbito de la psicología se puede trabajar tanto a nivel familiar como individual con el adolescente. Cada persona es un mundo y necesita una intervención diferente dependiendo de la dificultad que presente aunque a nivel general la comunicación eficaz, las habilidades sociales, el control de impulsos, la empatía, las emociones, la resolución de conflictos… suelen ser temas centrales en este tipo de intervenciones.
Siempre puedes consultar con un profesional que pueda orientarte.
Beatriz Mayor Muñoz
679 015 561
mayormunozbeatriz@gmail.comPara casi todos los padres la palabra “adolescencia” provoca cierto pánico, y es que cuando sentimos que nuestros hijos están llegando a esta etapa de su vida se empiezan a producir muchos cambios que en ocasiones no sabemos cómo afrontar.
La adolescencia es una etapa de nuestra vida en la que se producen numerosos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales. Es el momento en el que abandonamos la infancia para entrar en el proceso de convertirnos en adultos. Este proceso a veces, se puede convertir en un momento difícil tanto para los padres como para el adolescente.
Es importante conocer cuáles son los cambios más significativos que se producen durante la adolescencia para poder entender mejor a nuestros hijos. Muchas veces empatizar con el proceso vital que está viviendo nuestro hijo, nos puede servir de mucha ayuda. De poco sirve pensar “yo en la adolescencia no me comportaba así”, “los niños de hoy en día no son como antes”, debemos tener en cuenta que el entorno actual no es el mismo que nosotros vivimos. Actualmente, los adolescentes se relacionan, se comunican de una manera diferente a como nosotros lo hacíamos.
Desde el inicio de la pubertad alrededor de los 10 años hasta la etapa final del periodo hacia los 19-20 años, a grandes rasgos, formamos nuestra propia identidad, definiendo nuestra personalidad que se consolidará en la edad adulta. Nuestros hijos ya no son ni niños ni adultos y son conscientes de estos cambios. Continuamente se enfrentan a situaciones que para ellos son totalmente nuevas y han de aprender a desempeñar papeles en la vida diaria que antes no desempeñaban. Están dejando de ser niños para pasar a ser adultos. Todo este caos en su interior se puede traducir en cambios del estado de ánimo, emergentes impulsos, cuestionamiento de su comportamiento, preocupación por sus relaciones sociales y sexuales, interés por nuevas actividades, búsqueda de autonomía y afirmación personal…
Como padres, nos sentimos en la obligación de hacer frente a todas estas situaciones de la mejor manera posible, a veces, hasta el punto de obsesionarnos. Lo importante es ser conscientes de los cambios que están atravesando nuestros hijos, de cómo se sienten y porque actúan así. No debemos tener tabúes a la hora de hablar sobre ciertos temas como la sexualidad, las relaciones de nuestros hijos, nuevas tecnologías, drogas… pero tenemos que tener en cuenta que somos sus padres no sus amigos y que principalmente a estas edades necesitan también desarrollar su propia intimidad. No les suelen importar nuestros “sermones” sobre como nosotros actuaríamos en cada situación y lo que nosotros pensamos. Buscan ser escuchados, apoyados y comprendidos, aunque, por supuesto debemos orientarlos.
A veces sentimos que la situación se nos está yendo de las manos y quizás busquemos ayuda en un profesional. Desde el ámbito de la psicología se puede trabajar tanto a nivel familiar como individual con el adolescente. Cada persona es un mundo y necesita una intervención diferente dependiendo de la dificultad que presente aunque a nivel general la comunicación eficaz, las habilidades sociales, el control de impulsos, la empatía, las emociones, la resolución de conflictos… suelen ser temas centrales en este tipo de intervenciones.
Siempre puedes consultar con un profesional que pueda orientarte.
Beatriz Mayor Muñoz
679 015 561
mayormunozbeatriz@gmail.comPara casi todos los padres la palabra “adolescencia” provoca cierto pánico, y es que cuando sentimos que nuestros hijos están llegando a esta etapa de su vida se empiezan a producir muchos cambios que en ocasiones no sabemos cómo afrontar.
La adolescencia es una etapa de nuestra vida en la que se producen numerosos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales. Es el momento en el que abandonamos la infancia para entrar en el proceso de convertirnos en adultos. Este proceso a veces, se puede convertir en un momento difícil tanto para los padres como para el adolescente.
Es importante conocer cuáles son los cambios más significativos que se producen durante la adolescencia para poder entender mejor a nuestros hijos. Muchas veces empatizar con el proceso vital que está viviendo nuestro hijo, nos puede servir de mucha ayuda. De poco sirve pensar “yo en la adolescencia no me comportaba así”, “los niños de hoy en día no son como antes”, debemos tener en cuenta que el entorno actual no es el mismo que nosotros vivimos. Actualmente, los adolescentes se relacionan, se comunican de una manera diferente a como nosotros lo hacíamos.
Desde el inicio de la pubertad alrededor de los 10 años hasta la etapa final del periodo hacia los 19-20 años, a grandes rasgos, formamos nuestra propia identidad, definiendo nuestra personalidad que se consolidará en la edad adulta. Nuestros hijos ya no son ni niños ni adultos y son conscientes de estos cambios. Continuamente se enfrentan a situaciones que para ellos son totalmente nuevas y han de aprender a desempeñar papeles en la vida diaria que antes no desempeñaban. Están dejando de ser niños para pasar a ser adultos. Todo este caos en su interior se puede traducir en cambios del estado de ánimo, emergentes impulsos, cuestionamiento de su comportamiento, preocupación por sus relaciones sociales y sexuales, interés por nuevas actividades, búsqueda de autonomía y afirmación personal…
Como padres, nos sentimos en la obligación de hacer frente a todas estas situaciones de la mejor manera posible, a veces, hasta el punto de obsesionarnos. Lo importante es ser conscientes de los cambios que están atravesando nuestros hijos, de cómo se sienten y porque actúan así. No debemos tener tabúes a la hora de hablar sobre ciertos temas como la sexualidad, las relaciones de nuestros hijos, nuevas tecnologías, drogas… pero tenemos que tener en cuenta que somos sus padres no sus amigos y que principalmente a estas edades necesitan también desarrollar su propia intimidad. No les suelen importar nuestros “sermones” sobre como nosotros actuaríamos en cada situación y lo que nosotros pensamos. Buscan ser escuchados, apoyados y comprendidos, aunque, por supuesto debemos orientarlos.
A veces sentimos que la situación se nos está yendo de las manos y quizás busquemos ayuda en un profesional. Desde el ámbito de la psicología se puede trabajar tanto a nivel familiar como individual con el adolescente. Cada persona es un mundo y necesita una intervención diferente dependiendo de la dificultad que presente aunque a nivel general la comunicación eficaz, las habilidades sociales, el control de impulsos, la empatía, las emociones, la resolución de conflictos… suelen ser temas centrales en este tipo de intervenciones.
Siempre puedes consultar con un profesional que pueda orientarte.
Beatriz Mayor Muñoz
679 015 561
mayormunozbeatriz@gmail.comPara casi todos los padres la palabra “adolescencia” provoca cierto pánico, y es que cuando sentimos que nuestros hijos están llegando a esta etapa de su vida se empiezan a producir muchos cambios que en ocasiones no sabemos cómo afrontar.
La adolescencia es una etapa de nuestra vida en la que se producen numerosos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales. Es el momento en el que abandonamos la infancia para entrar en el proceso de convertirnos en adultos. Este proceso a veces, se puede convertir en un momento difícil tanto para los padres como para el adolescente.
Es importante conocer cuáles son los cambios más significativos que se producen durante la adolescencia para poder entender mejor a nuestros hijos. Muchas veces empatizar con el proceso vital que está viviendo nuestro hijo, nos puede servir de mucha ayuda. De poco sirve pensar “yo en la adolescencia no me comportaba así”, “los niños de hoy en día no son como antes”, debemos tener en cuenta que el entorno actual no es el mismo que nosotros vivimos. Actualmente, los adolescentes se relacionan, se comunican de una manera diferente a como nosotros lo hacíamos.
Desde el inicio de la pubertad alrededor de los 10 años hasta la etapa final del periodo hacia los 19-20 años, a grandes rasgos, formamos nuestra propia identidad, definiendo nuestra personalidad que se consolidará en la edad adulta. Nuestros hijos ya no son ni niños ni adultos y son conscientes de estos cambios. Continuamente se enfrentan a situaciones que para ellos son totalmente nuevas y han de aprender a desempeñar papeles en la vida diaria que antes no desempeñaban. Están dejando de ser niños para pasar a ser adultos. Todo este caos en su interior se puede traducir en cambios del estado de ánimo, emergentes impulsos, cuestionamiento de su comportamiento, preocupación por sus relaciones sociales y sexuales, interés por nuevas actividades, búsqueda de autonomía y afirmación personal…
Como padres, nos sentimos en la obligación de hacer frente a todas estas situaciones de la mejor manera posible, a veces, hasta el punto de obsesionarnos. Lo importante es ser conscientes de los cambios que están atravesando nuestros hijos, de cómo se sienten y porque actúan así. No debemos tener tabúes a la hora de hablar sobre ciertos temas como la sexualidad, las relaciones de nuestros hijos, nuevas tecnologías, drogas… pero tenemos que tener en cuenta que somos sus padres no sus amigos y que principalmente a estas edades necesitan también desarrollar su propia intimidad. No les suelen importar nuestros “sermones” sobre como nosotros actuaríamos en cada situación y lo que nosotros pensamos. Buscan ser escuchados, apoyados y comprendidos, aunque, por supuesto debemos orientarlos.
A veces sentimos que la situación se nos está yendo de las manos y quizás busquemos ayuda en un profesional. Desde el ámbito de la psicología se puede trabajar tanto a nivel familiar como individual con el adolescente. Cada persona es un mundo y necesita una intervención diferente dependiendo de la dificultad que presente aunque a nivel general la comunicación eficaz, las habilidades sociales, el control de impulsos, la empatía, las emociones, la resolución de conflictos… suelen ser temas centrales en este tipo de intervenciones.
Siempre puedes consultar con un profesional que pueda orientarte.
Beatriz Mayor Muñoz
679 015 561
mayormunozbeatriz@gmail.comPara casi todos los padres la palabra “adolescencia” provoca cierto pánico, y es que cuando sentimos que nuestros hijos están llegando a esta etapa de su vida se empiezan a producir muchos cambios que en ocasiones no sabemos cómo afrontar.
La adolescencia es una etapa de nuestra vida en la que se producen numerosos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales. Es el momento en el que abandonamos la infancia para entrar en el proceso de convertirnos en adultos. Este proceso a veces, se puede convertir en un momento difícil tanto para los padres como para el adolescente.
Es importante conocer cuáles son los cambios más significativos que se producen durante la adolescencia para poder entender mejor a nuestros hijos. Muchas veces empatizar con el proceso vital que está viviendo nuestro hijo, nos puede servir de mucha ayuda. De poco sirve pensar “yo en la adolescencia no me comportaba así”, “los niños de hoy en día no son como antes”, debemos tener en cuenta que el entorno actual no es el mismo que nosotros vivimos. Actualmente, los adolescentes se relacionan, se comunican de una manera diferente a como nosotros lo hacíamos.
Desde el inicio de la pubertad alrededor de los 10 años hasta la etapa final del periodo hacia los 19-20 años, a grandes rasgos, formamos nuestra propia identidad, definiendo nuestra personalidad que se consolidará en la edad adulta. Nuestros hijos ya no son ni niños ni adultos y son conscientes de estos cambios. Continuamente se enfrentan a situaciones que para ellos son totalmente nuevas y han de aprender a desempeñar papeles en la vida diaria que antes no desempeñaban. Están dejando de ser niños para pasar a ser adultos. Todo este caos en su interior se puede traducir en cambios del estado de ánimo, emergentes impulsos, cuestionamiento de su comportamiento, preocupación por sus relaciones sociales y sexuales, interés por nuevas actividades, búsqueda de autonomía y afirmación personal…
Como padres, nos sentimos en la obligación de hacer frente a todas estas situaciones de la mejor manera posible, a veces, hasta el punto de obsesionarnos. Lo importante es ser conscientes de los cambios que están atravesando nuestros hijos, de cómo se sienten y porque actúan así. No debemos tener tabúes a la hora de hablar sobre ciertos temas como la sexualidad, las relaciones de nuestros hijos, nuevas tecnologías, drogas… pero tenemos que tener en cuenta que somos sus padres no sus amigos y que principalmente a estas edades necesitan también desarrollar su propia intimidad. No les suelen importar nuestros “sermones” sobre como nosotros actuaríamos en cada situación y lo que nosotros pensamos. Buscan ser escuchados, apoyados y comprendidos, aunque, por supuesto debemos orientarlos.
A veces sentimos que la situación se nos está yendo de las manos y quizás busquemos ayuda en un profesional. Desde el ámbito de la psicología se puede trabajar tanto a nivel familiar como individual con el adolescente. Cada persona es un mundo y necesita una intervención diferente dependiendo de la dificultad que presente aunque a nivel general la comunicación eficaz, las habilidades sociales, el control de impulsos, la empatía, las emociones, la resolución de conflictos… suelen ser temas centrales en este tipo de intervenciones.
Siempre puedes consultar con un profesional que pueda orientarte.
Beatriz Mayor Muñoz
679 015 561
mayormunozbeatriz@gmail.comPara casi todos los padres la palabra “adolescencia” provoca cierto pánico, y es que cuando sentimos que nuestros hijos están llegando a esta etapa de su vida se empiezan a producir muchos cambios que en ocasiones no sabemos cómo afrontar.
La adolescencia es una etapa de nuestra vida en la que se producen numerosos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales. Es el momento en el que abandonamos la infancia para entrar en el proceso de convertirnos en adultos. Este proceso a veces, se puede convertir en un momento difícil tanto para los padres como para el adolescente.
Es importante conocer cuáles son los cambios más significativos que se producen durante la adolescencia para poder entender mejor a nuestros hijos. Muchas veces empatizar con el proceso vital que está viviendo nuestro hijo, nos puede servir de mucha ayuda. De poco sirve pensar “yo en la adolescencia no me comportaba así”, “los niños de hoy en día no son como antes”, debemos tener en cuenta que el entorno actual no es el mismo que nosotros vivimos. Actualmente, los adolescentes se relacionan, se comunican de una manera diferente a como nosotros lo hacíamos.
Desde el inicio de la pubertad alrededor de los 10 años hasta la etapa final del periodo hacia los 19-20 años, a grandes rasgos, formamos nuestra propia identidad, definiendo nuestra personalidad que se consolidará en la edad adulta. Nuestros hijos ya no son ni niños ni adultos y son conscientes de estos cambios. Continuamente se enfrentan a situaciones que para ellos son totalmente nuevas y han de aprender a desempeñar papeles en la vida diaria que antes no desempeñaban. Están dejando de ser niños para pasar a ser adultos. Todo este caos en su interior se puede traducir en cambios del estado de ánimo, emergentes impulsos, cuestionamiento de su comportamiento, preocupación por sus relaciones sociales y sexuales, interés por nuevas actividades, búsqueda de autonomía y afirmación personal…
Como padres, nos sentimos en la obligación de hacer frente a todas estas situaciones de la mejor manera posible, a veces, hasta el punto de obsesionarnos. Lo importante es ser conscientes de los cambios que están atravesando nuestros hijos, de cómo se sienten y porque actúan así. No debemos tener tabúes a la hora de hablar sobre ciertos temas como la sexualidad, las relaciones de nuestros hijos, nuevas tecnologías, drogas… pero tenemos que tener en cuenta que somos sus padres no sus amigos y que principalmente a estas edades necesitan también desarrollar su propia intimidad. No les suelen importar nuestros “sermones” sobre como nosotros actuaríamos en cada situación y lo que nosotros pensamos. Buscan ser escuchados, apoyados y comprendidos, aunque, por supuesto debemos orientarlos.
A veces sentimos que la situación se nos está yendo de las manos y quizás busquemos ayuda en un profesional. Desde el ámbito de la psicología se puede trabajar tanto a nivel familiar como individual con el adolescente. Cada persona es un mundo y necesita una intervención diferente dependiendo de la dificultad que presente aunque a nivel general la comunicación eficaz, las habilidades sociales, el control de impulsos, la empatía, las emociones, la resolución de conflictos… suelen ser temas centrales en este tipo de intervenciones.
Siempre puedes consultar con un profesional que pueda orientarte.
Beatriz Mayor Muñoz
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