Inteligencia emocional

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INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

Es muy fácil encontrar actividades que nos enseñan desde pequeños numerosas habilidades académicas. Desde nuestros centros educativos, se aprenden, sin duda habilidades para nuestro correcto desarrollo. Sin embargo, más allá de las habilidades académicas, existen otras muchas que no es tan común aprender desde pequeños, conocer nuestras propias emociones, aprender a controlarlas, trabajar la empatía y el respeto hacia los demás, aprender a relajarnos, comunicarnos mejor con los demás, querernos a nosotros mismos, relacionarnos de manera adecuada y trabajar estrategias de resolución de problemas.

Nuestra infancia se reconoce como la etapa en la que desarrollamos la mayor parte de nuestros hábitos y rutinas. Por ello, conocer y ahondar en nuestras emociones desde pequeños nos permite tener un mejor manejo sobre ellas que repercutirá de manera muy positiva a la hora de desenvolvernos en la vida diaria.

La inteligencia emocional, se entiende como el conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten conocer nuestras propias emociones y empatizemociones6ar con las de los demás.

Un niña/o que trabaja su inteligencia emocional reconoce sus propias emociones y sabe gestionarlas. Aprender habilidades sociales y estrategias de comunicación permite aprender a relacionarse, aprender a escuchar y ser escuchado, a respetarse a uno mismo y respetar a los demás. Quererse a sí mismo, repercutirá directamente en su vida, dándole mayor seguridad y favoreciendo la toma de decisiones, le permite querer mejor a los demás y  establecer relaciones afectivas más sanas. De la misma manera, es importante educar en valores como la sociabilidad, la empatía, la perseverancia o la amistad. Aprender el valor de las cosas le permitirá a nuestro hijo convivir de mejor manera y sentirse más cómodo en el ambiente en el que se encuentre.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

Es muy fácil encontrar actividades que nos enseñan desde pequeños numerosas habilidades académicas. Desde nuestros centros educativos, se aprenden, sin duda habilidades para nuestro correcto desarrollo. Sin embargo, más allá de las habilidades académicas, existen otras muchas que no es tan común aprender desde pequeños, conocer nuestras propias emociones, aprender a controlarlas, trabajar la empatía y el respeto hacia los demás, aprender a relajarnos, comunicarnos mejor con los demás, querernos a nosotros mismos, relacionarnos de manera adecuada y trabajar estrategias de resolución de problemas.

Nuestra infancia se reconoce como la etapa en la que desarrollamos la mayor parte de nuestros hábitos y rutinas. Por ello, conocer y ahondar en nuestras emociones desde pequeños nos permite tener un mejor manejo sobre ellas que repercutirá de manera muy positiva a la hora de desenvolvernos en la vida diaria.

La inteligencia emocional, se entiende como el conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten conocer nuestras propias emociones y empatizemociones6ar con las de los demás.

Un niña/o que trabaja su inteligencia emocional reconoce sus propias emociones y sabe gestionarlas. Aprender habilidades sociales y estrategias de comunicación permite aprender a relacionarse, aprender a escuchar y ser escuchado, a respetarse a uno mismo y respetar a los demás. Quererse a sí mismo, repercutirá directamente en su vida, dándole mayor seguridad y favoreciendo la toma de decisiones, le permite querer mejor a los demás y  establecer relaciones afectivas más sanas. De la misma manera, es importante educar en valores como la sociabilidad, la empatía, la perseverancia o la amistad. Aprender el valor de las cosas le permitirá a nuestro hijo convivir de mejor manera y sentirse más cómodo en el ambiente en el que se encuentre.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

Es muy fácil encontrar actividades que nos enseñan desde pequeños numerosas habilidades académicas. Desde nuestros centros educativos, se aprenden, sin duda habilidades para nuestro correcto desarrollo. Sin embargo, más allá de las habilidades académicas, existen otras muchas que no es tan común aprender desde pequeños, conocer nuestras propias emociones, aprender a controlarlas, trabajar la empatía y el respeto hacia los demás, aprender a relajarnos, comunicarnos mejor con los demás, querernos a nosotros mismos, relacionarnos de manera adecuada y trabajar estrategias de resolución de problemas.

Nuestra infancia se reconoce como la etapa en la que desarrollamos la mayor parte de nuestros hábitos y rutinas. Por ello, conocer y ahondar en nuestras emociones desde pequeños nos permite tener un mejor manejo sobre ellas que repercutirá de manera muy positiva a la hora de desenvolvernos en la vida diaria.

La inteligencia emocional, se entiende como el conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten conocer nuestras propias emociones y empatizemociones6ar con las de los demás.

Un niña/o que trabaja su inteligencia emocional reconoce sus propias emociones y sabe gestionarlas. Aprender habilidades sociales y estrategias de comunicación permite aprender a relacionarse, aprender a escuchar y ser escuchado, a respetarse a uno mismo y respetar a los demás. Quererse a sí mismo, repercutirá directamente en su vida, dándole mayor seguridad y favoreciendo la toma de decisiones, le permite querer mejor a los demás y  establecer relaciones afectivas más sanas. De la misma manera, es importante educar en valores como la sociabilidad, la empatía, la perseverancia o la amistad. Aprender el valor de las cosas le permitirá a nuestro hijo convivir de mejor manera y sentirse más cómodo en el ambiente en el que se encuentre.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

Es muy fácil encontrar actividades que nos enseñan desde pequeños numerosas habilidades académicas. Desde nuestros centros educativos, se aprenden, sin duda habilidades para nuestro correcto desarrollo. Sin embargo, más allá de las habilidades académicas, existen otras muchas que no es tan común aprender desde pequeños, conocer nuestras propias emociones, aprender a controlarlas, trabajar la empatía y el respeto hacia los demás, aprender a relajarnos, comunicarnos mejor con los demás, querernos a nosotros mismos, relacionarnos de manera adecuada y trabajar estrategias de resolución de problemas.

Nuestra infancia se reconoce como la etapa en la que desarrollamos la mayor parte de nuestros hábitos y rutinas. Por ello, conocer y ahondar en nuestras emociones desde pequeños nos permite tener un mejor manejo sobre ellas que repercutirá de manera muy positiva a la hora de desenvolvernos en la vida diaria.

La inteligencia emocional, se entiende como el conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten conocer nuestras propias emociones y empatizemociones6ar con las de los demás.

Un niña/o que trabaja su inteligencia emocional reconoce sus propias emociones y sabe gestionarlas. Aprender habilidades sociales y estrategias de comunicación permite aprender a relacionarse, aprender a escuchar y ser escuchado, a respetarse a uno mismo y respetar a los demás. Quererse a sí mismo, repercutirá directamente en su vida, dándole mayor seguridad y favoreciendo la toma de decisiones, le permite querer mejor a los demás y  establecer relaciones afectivas más sanas. De la misma manera, es importante educar en valores como la sociabilidad, la empatía, la perseverancia o la amistad. Aprender el valor de las cosas le permitirá a nuestro hijo convivir de mejor manera y sentirse más cómodo en el ambiente en el que se encuentre.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

Es muy fácil encontrar actividades que nos enseñan desde pequeños numerosas habilidades académicas. Desde nuestros centros educativos, se aprenden, sin duda habilidades para nuestro correcto desarrollo. Sin embargo, más allá de las habilidades académicas, existen otras muchas que no es tan común aprender desde pequeños, conocer nuestras propias emociones, aprender a controlarlas, trabajar la empatía y el respeto hacia los demás, aprender a relajarnos, comunicarnos mejor con los demás, querernos a nosotros mismos, relacionarnos de manera adecuada y trabajar estrategias de resolución de problemas.

Nuestra infancia se reconoce como la etapa en la que desarrollamos la mayor parte de nuestros hábitos y rutinas. Por ello, conocer y ahondar en nuestras emociones desde pequeños nos permite tener un mejor manejo sobre ellas que repercutirá de manera muy positiva a la hora de desenvolvernos en la vida diaria.

La inteligencia emocional, se entiende como el conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten conocer nuestras propias emociones y empatizemociones6ar con las de los demás.

Un niña/o que trabaja su inteligencia emocional reconoce sus propias emociones y sabe gestionarlas. Aprender habilidades sociales y estrategias de comunicación permite aprender a relacionarse, aprender a escuchar y ser escuchado, a respetarse a uno mismo y respetar a los demás. Quererse a sí mismo, repercutirá directamente en su vida, dándole mayor seguridad y favoreciendo la toma de decisiones, le permite querer mejor a los demás y  establecer relaciones afectivas más sanas. De la misma manera, es importante educar en valores como la sociabilidad, la empatía, la perseverancia o la amistad. Aprender el valor de las cosas le permitirá a nuestro hijo convivir de mejor manera y sentirse más cómodo en el ambiente en el que se encuentre.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

Es muy fácil encontrar actividades que nos enseñan desde pequeños numerosas habilidades académicas. Desde nuestros centros educativos, se aprenden, sin duda habilidades para nuestro correcto desarrollo. Sin embargo, más allá de las habilidades académicas, existen otras muchas que no es tan común aprender desde pequeños, conocer nuestras propias emociones, aprender a controlarlas, trabajar la empatía y el respeto hacia los demás, aprender a relajarnos, comunicarnos mejor con los demás, querernos a nosotros mismos, relacionarnos de manera adecuada y trabajar estrategias de resolución de problemas.

Nuestra infancia se reconoce como la etapa en la que desarrollamos la mayor parte de nuestros hábitos y rutinas. Por ello, conocer y ahondar en nuestras emociones desde pequeños nos permite tener un mejor manejo sobre ellas que repercutirá de manera muy positiva a la hora de desenvolvernos en la vida diaria.

La inteligencia emocional, se entiende como el conjunto de habilidades psicológicas que nos permiten conocer nuestras propias emociones y empatizemociones6ar con las de los demás.

Un niña/o que trabaja su inteligencia emocional reconoce sus propias emociones y sabe gestionarlas. Aprender habilidades sociales y estrategias de comunicación permite aprender a relacionarse, aprender a escuchar y ser escuchado, a respetarse a uno mismo y respetar a los demás. Quererse a sí mismo, repercutirá directamente en su vida, dándole mayor seguridad y favoreciendo la toma de decisiones, le permite querer mejor a los demás y  establecer relaciones afectivas más sanas. De la misma manera, es importante educar en valores como la sociabilidad, la empatía, la perseverancia o la amistad. Aprender el valor de las cosas le permitirá a nuestro hijo convivir de mejor manera y sentirse más cómodo en el ambiente en el que se encuentre.

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Programa KIT DIGITAL cofinanciado por los fondos NEXT GENERATION (EU) del mecanismo de recuperación y resilencia