Bajo estado de ánimo/ Síntomas depresivos.
Podemos bajar nuestro estado de ánimo por muchos motivos. Entre ellos se pueden encontrar que hayamos experimentado un cambio muy importante en nuestras vidas como puede ser la pérdida de un ser querido o la jubilación de nuestro empleo. En general, las personas cuando tienen un estado de ánimo bajo presentan las siguientes características.
- Pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en lo que antes le ocasionaba placer y la mantenía motivada.
- Dice estar triste, desperada, desanimada.
- Hay alteración del apetito, generalmente por disminución del mismo, con significativa pérdida de peso. Otras personas muestran un aumento del apetito y del peso.
- Son comunes las alteraciones del sueño: dificultad para quedarse dormido, sueño interrumpido, o demasiado sueño (hipersomnio). Esto asociado, durante el día con dificultades de concentración o en la toma de decisiones.
- El aspecto psicomotor sufre alteraciones: hay agitación, incapacidad para permanecer tranquilo. En el otro extremo de esta actitud, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar pausado y movimientos corporales lentos.
- Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante: hasta la más pequeña tarea puede parecer difícil o imposible de lograr.
- A esto se agregan sentimientos de minusvalía: el individuo cree que todo lo ha hecho mal, y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha incluso mínimos detalles, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce esa idea de que él no vale nada. Hay sentimientos de culpa, igualmente exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.
- Asociado al bajo estado de ánimo está el llanto, con sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio, líbido ausente o disminuida, puede haber preocupación excesiva por la salud física, ataques de pánico y fobias.
Pero, una vez sabemos que nos ha habido un acontecimiento importante en nuestras vidas que nos ha llevado a tener un bajo estado de ánimo, ¿Por qué seguimos teniendo el estado de ánimo bajo?
1º Pérdida de reforzadores. La persona pierde algo que le gusta, algo importante para él/ella, bien porque deja de hacerlo bien por obligación.
2º Esta pérdida produce un gran impacto psicológico: dolor emocional. Este dolor emocional se plasma en dos cambios importantes: Pensamientos negativos, emociones y sensaciones físicas negativas. (Apatía, problemas en el sueño…)
3ºComo consecuencia de pensar así y de sentir esas cosas, el siguiente paso es que aparezca la inercia, y se empiece a dejar de hacer actividades. Es comprensible. Si nuestro estado de ánimo es bajo y los pensamientos son un tanto oscuros, lo que menos nos apetece es hacer cosas.
Primero se suele empezar por abandonar aquellas actividades que nos hacen pasarlo bien, como por ejemplo, salir con amigos, caminar, leer… son nuestras actividades voluntarias. Nuestro bajo estado de ánimo hace que no disfrutemos de lo que antes nos hacia disfrutar.
4º al privarnos de esas actividades placenteras que todos necesitamos para sentirnos bien se puede ver como otra pérdida más, lo que a su vez va a provocar más daño emocional. Ambos provocarán más inercia e inhibición conductual y el círculo volverá a empezar.
Frenar este círculo es muy importante ya que si no se hace a tiempo puede derivar en un estado depresivo, no dudes en pedir ayuda si sientes que por ti mismo, en este momento, no puedes hacerlo. Permítete estar a gusto contigo mismo.
Bajo estado de ánimo/ Síntomas depresivos.
Podemos bajar nuestro estado de ánimo por muchos motivos. Entre ellos se pueden encontrar que hayamos experimentado un cambio muy importante en nuestras vidas como puede ser la pérdida de un ser querido o la jubilación de nuestro empleo. En general, las personas cuando tienen un estado de ánimo bajo presentan las siguientes características.
- Pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en lo que antes le ocasionaba placer y la mantenía motivada.
- Dice estar triste, desperada, desanimada.
- Hay alteración del apetito, generalmente por disminución del mismo, con significativa pérdida de peso. Otras personas muestran un aumento del apetito y del peso.
- Son comunes las alteraciones del sueño: dificultad para quedarse dormido, sueño interrumpido, o demasiado sueño (hipersomnio). Esto asociado, durante el día con dificultades de concentración o en la toma de decisiones.
- El aspecto psicomotor sufre alteraciones: hay agitación, incapacidad para permanecer tranquilo. En el otro extremo de esta actitud, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar pausado y movimientos corporales lentos.
- Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante: hasta la más pequeña tarea puede parecer difícil o imposible de lograr.
- A esto se agregan sentimientos de minusvalía: el individuo cree que todo lo ha hecho mal, y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha incluso mínimos detalles, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce esa idea de que él no vale nada. Hay sentimientos de culpa, igualmente exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.
- Asociado al bajo estado de ánimo está el llanto, con sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio, líbido ausente o disminuida, puede haber preocupación excesiva por la salud física, ataques de pánico y fobias.
Pero, una vez sabemos que nos ha habido un acontecimiento importante en nuestras vidas que nos ha llevado a tener un bajo estado de ánimo, ¿Por qué seguimos teniendo el estado de ánimo bajo?
1º Pérdida de reforzadores. La persona pierde algo que le gusta, algo importante para él/ella, bien porque deja de hacerlo bien por obligación.
2º Esta pérdida produce un gran impacto psicológico: dolor emocional. Este dolor emocional se plasma en dos cambios importantes: Pensamientos negativos, emociones y sensaciones físicas negativas. (Apatía, problemas en el sueño…)
3ºComo consecuencia de pensar así y de sentir esas cosas, el siguiente paso es que aparezca la inercia, y se empiece a dejar de hacer actividades. Es comprensible. Si nuestro estado de ánimo es bajo y los pensamientos son un tanto oscuros, lo que menos nos apetece es hacer cosas.
Primero se suele empezar por abandonar aquellas actividades que nos hacen pasarlo bien, como por ejemplo, salir con amigos, caminar, leer… son nuestras actividades voluntarias. Nuestro bajo estado de ánimo hace que no disfrutemos de lo que antes nos hacia disfrutar.
4º al privarnos de esas actividades placenteras que todos necesitamos para sentirnos bien se puede ver como otra pérdida más, lo que a su vez va a provocar más daño emocional. Ambos provocarán más inercia e inhibición conductual y el círculo volverá a empezar.
Frenar este círculo es muy importante ya que si no se hace a tiempo puede derivar en un estado depresivo, no dudes en pedir ayuda si sientes que por ti mismo, en este momento, no puedes hacerlo. Permítete estar a gusto contigo mismo.
Bajo estado de ánimo/ Síntomas depresivos.
Podemos bajar nuestro estado de ánimo por muchos motivos. Entre ellos se pueden encontrar que hayamos experimentado un cambio muy importante en nuestras vidas como puede ser la pérdida de un ser querido o la jubilación de nuestro empleo. En general, las personas cuando tienen un estado de ánimo bajo presentan las siguientes características.
- Pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en lo que antes le ocasionaba placer y la mantenía motivada.
- Dice estar triste, desperada, desanimada.
- Hay alteración del apetito, generalmente por disminución del mismo, con significativa pérdida de peso. Otras personas muestran un aumento del apetito y del peso.
- Son comunes las alteraciones del sueño: dificultad para quedarse dormido, sueño interrumpido, o demasiado sueño (hipersomnio). Esto asociado, durante el día con dificultades de concentración o en la toma de decisiones.
- El aspecto psicomotor sufre alteraciones: hay agitación, incapacidad para permanecer tranquilo. En el otro extremo de esta actitud, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar pausado y movimientos corporales lentos.
- Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante: hasta la más pequeña tarea puede parecer difícil o imposible de lograr.
- A esto se agregan sentimientos de minusvalía: el individuo cree que todo lo ha hecho mal, y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha incluso mínimos detalles, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce esa idea de que él no vale nada. Hay sentimientos de culpa, igualmente exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.
- Asociado al bajo estado de ánimo está el llanto, con sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio, líbido ausente o disminuida, puede haber preocupación excesiva por la salud física, ataques de pánico y fobias.
Pero, una vez sabemos que nos ha habido un acontecimiento importante en nuestras vidas que nos ha llevado a tener un bajo estado de ánimo, ¿Por qué seguimos teniendo el estado de ánimo bajo?
1º Pérdida de reforzadores. La persona pierde algo que le gusta, algo importante para él/ella, bien porque deja de hacerlo bien por obligación.
2º Esta pérdida produce un gran impacto psicológico: dolor emocional. Este dolor emocional se plasma en dos cambios importantes: Pensamientos negativos, emociones y sensaciones físicas negativas. (Apatía, problemas en el sueño…)
3ºComo consecuencia de pensar así y de sentir esas cosas, el siguiente paso es que aparezca la inercia, y se empiece a dejar de hacer actividades. Es comprensible. Si nuestro estado de ánimo es bajo y los pensamientos son un tanto oscuros, lo que menos nos apetece es hacer cosas.
Primero se suele empezar por abandonar aquellas actividades que nos hacen pasarlo bien, como por ejemplo, salir con amigos, caminar, leer… son nuestras actividades voluntarias. Nuestro bajo estado de ánimo hace que no disfrutemos de lo que antes nos hacia disfrutar.
4º al privarnos de esas actividades placenteras que todos necesitamos para sentirnos bien se puede ver como otra pérdida más, lo que a su vez va a provocar más daño emocional. Ambos provocarán más inercia e inhibición conductual y el círculo volverá a empezar.
Frenar este círculo es muy importante ya que si no se hace a tiempo puede derivar en un estado depresivo, no dudes en pedir ayuda si sientes que por ti mismo, en este momento, no puedes hacerlo. Permítete estar a gusto contigo mismo.
Bajo estado de ánimo/ Síntomas depresivos.
Podemos bajar nuestro estado de ánimo por muchos motivos. Entre ellos se pueden encontrar que hayamos experimentado un cambio muy importante en nuestras vidas como puede ser la pérdida de un ser querido o la jubilación de nuestro empleo. En general, las personas cuando tienen un estado de ánimo bajo presentan las siguientes características.
- Pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en lo que antes le ocasionaba placer y la mantenía motivada.
- Dice estar triste, desperada, desanimada.
- Hay alteración del apetito, generalmente por disminución del mismo, con significativa pérdida de peso. Otras personas muestran un aumento del apetito y del peso.
- Son comunes las alteraciones del sueño: dificultad para quedarse dormido, sueño interrumpido, o demasiado sueño (hipersomnio). Esto asociado, durante el día con dificultades de concentración o en la toma de decisiones.
- El aspecto psicomotor sufre alteraciones: hay agitación, incapacidad para permanecer tranquilo. En el otro extremo de esta actitud, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar pausado y movimientos corporales lentos.
- Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante: hasta la más pequeña tarea puede parecer difícil o imposible de lograr.
- A esto se agregan sentimientos de minusvalía: el individuo cree que todo lo ha hecho mal, y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha incluso mínimos detalles, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce esa idea de que él no vale nada. Hay sentimientos de culpa, igualmente exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.
- Asociado al bajo estado de ánimo está el llanto, con sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio, líbido ausente o disminuida, puede haber preocupación excesiva por la salud física, ataques de pánico y fobias.
Pero, una vez sabemos que nos ha habido un acontecimiento importante en nuestras vidas que nos ha llevado a tener un bajo estado de ánimo, ¿Por qué seguimos teniendo el estado de ánimo bajo?
1º Pérdida de reforzadores. La persona pierde algo que le gusta, algo importante para él/ella, bien porque deja de hacerlo bien por obligación.
2º Esta pérdida produce un gran impacto psicológico: dolor emocional. Este dolor emocional se plasma en dos cambios importantes: Pensamientos negativos, emociones y sensaciones físicas negativas. (Apatía, problemas en el sueño…)
3ºComo consecuencia de pensar así y de sentir esas cosas, el siguiente paso es que aparezca la inercia, y se empiece a dejar de hacer actividades. Es comprensible. Si nuestro estado de ánimo es bajo y los pensamientos son un tanto oscuros, lo que menos nos apetece es hacer cosas.
Primero se suele empezar por abandonar aquellas actividades que nos hacen pasarlo bien, como por ejemplo, salir con amigos, caminar, leer… son nuestras actividades voluntarias. Nuestro bajo estado de ánimo hace que no disfrutemos de lo que antes nos hacia disfrutar.
4º al privarnos de esas actividades placenteras que todos necesitamos para sentirnos bien se puede ver como otra pérdida más, lo que a su vez va a provocar más daño emocional. Ambos provocarán más inercia e inhibición conductual y el círculo volverá a empezar.
Frenar este círculo es muy importante ya que si no se hace a tiempo puede derivar en un estado depresivo, no dudes en pedir ayuda si sientes que por ti mismo, en este momento, no puedes hacerlo. Permítete estar a gusto contigo mismo.
Bajo estado de ánimo/ Síntomas depresivos.
Podemos bajar nuestro estado de ánimo por muchos motivos. Entre ellos se pueden encontrar que hayamos experimentado un cambio muy importante en nuestras vidas como puede ser la pérdida de un ser querido o la jubilación de nuestro empleo. En general, las personas cuando tienen un estado de ánimo bajo presentan las siguientes características.
- Pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en lo que antes le ocasionaba placer y la mantenía motivada.
- Dice estar triste, desperada, desanimada.
- Hay alteración del apetito, generalmente por disminución del mismo, con significativa pérdida de peso. Otras personas muestran un aumento del apetito y del peso.
- Son comunes las alteraciones del sueño: dificultad para quedarse dormido, sueño interrumpido, o demasiado sueño (hipersomnio). Esto asociado, durante el día con dificultades de concentración o en la toma de decisiones.
- El aspecto psicomotor sufre alteraciones: hay agitación, incapacidad para permanecer tranquilo. En el otro extremo de esta actitud, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar pausado y movimientos corporales lentos.
- Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante: hasta la más pequeña tarea puede parecer difícil o imposible de lograr.
- A esto se agregan sentimientos de minusvalía: el individuo cree que todo lo ha hecho mal, y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha incluso mínimos detalles, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce esa idea de que él no vale nada. Hay sentimientos de culpa, igualmente exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.
- Asociado al bajo estado de ánimo está el llanto, con sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio, líbido ausente o disminuida, puede haber preocupación excesiva por la salud física, ataques de pánico y fobias.
Pero, una vez sabemos que nos ha habido un acontecimiento importante en nuestras vidas que nos ha llevado a tener un bajo estado de ánimo, ¿Por qué seguimos teniendo el estado de ánimo bajo?
1º Pérdida de reforzadores. La persona pierde algo que le gusta, algo importante para él/ella, bien porque deja de hacerlo bien por obligación.
2º Esta pérdida produce un gran impacto psicológico: dolor emocional. Este dolor emocional se plasma en dos cambios importantes: Pensamientos negativos, emociones y sensaciones físicas negativas. (Apatía, problemas en el sueño…)
3ºComo consecuencia de pensar así y de sentir esas cosas, el siguiente paso es que aparezca la inercia, y se empiece a dejar de hacer actividades. Es comprensible. Si nuestro estado de ánimo es bajo y los pensamientos son un tanto oscuros, lo que menos nos apetece es hacer cosas.
Primero se suele empezar por abandonar aquellas actividades que nos hacen pasarlo bien, como por ejemplo, salir con amigos, caminar, leer… son nuestras actividades voluntarias. Nuestro bajo estado de ánimo hace que no disfrutemos de lo que antes nos hacia disfrutar.
4º al privarnos de esas actividades placenteras que todos necesitamos para sentirnos bien se puede ver como otra pérdida más, lo que a su vez va a provocar más daño emocional. Ambos provocarán más inercia e inhibición conductual y el círculo volverá a empezar.
Frenar este círculo es muy importante ya que si no se hace a tiempo puede derivar en un estado depresivo, no dudes en pedir ayuda si sientes que por ti mismo, en este momento, no puedes hacerlo. Permítete estar a gusto contigo mismo.
Bajo estado de ánimo/ Síntomas depresivos.
Podemos bajar nuestro estado de ánimo por muchos motivos. Entre ellos se pueden encontrar que hayamos experimentado un cambio muy importante en nuestras vidas como puede ser la pérdida de un ser querido o la jubilación de nuestro empleo. En general, las personas cuando tienen un estado de ánimo bajo presentan las siguientes características.
- Pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en lo que antes le ocasionaba placer y la mantenía motivada.
- Dice estar triste, desperada, desanimada.
- Hay alteración del apetito, generalmente por disminución del mismo, con significativa pérdida de peso. Otras personas muestran un aumento del apetito y del peso.
- Son comunes las alteraciones del sueño: dificultad para quedarse dormido, sueño interrumpido, o demasiado sueño (hipersomnio). Esto asociado, durante el día con dificultades de concentración o en la toma de decisiones.
- El aspecto psicomotor sufre alteraciones: hay agitación, incapacidad para permanecer tranquilo. En el otro extremo de esta actitud, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar pausado y movimientos corporales lentos.
- Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante: hasta la más pequeña tarea puede parecer difícil o imposible de lograr.
- A esto se agregan sentimientos de minusvalía: el individuo cree que todo lo ha hecho mal, y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha incluso mínimos detalles, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce esa idea de que él no vale nada. Hay sentimientos de culpa, igualmente exagerados, sobre situaciones presentes o pasadas.
- Asociado al bajo estado de ánimo está el llanto, con sentimientos de angustia, irritabilidad, mal genio, líbido ausente o disminuida, puede haber preocupación excesiva por la salud física, ataques de pánico y fobias.
Pero, una vez sabemos que nos ha habido un acontecimiento importante en nuestras vidas que nos ha llevado a tener un bajo estado de ánimo, ¿Por qué seguimos teniendo el estado de ánimo bajo?
1º Pérdida de reforzadores. La persona pierde algo que le gusta, algo importante para él/ella, bien porque deja de hacerlo bien por obligación.
2º Esta pérdida produce un gran impacto psicológico: dolor emocional. Este dolor emocional se plasma en dos cambios importantes: Pensamientos negativos, emociones y sensaciones físicas negativas. (Apatía, problemas en el sueño…)
3ºComo consecuencia de pensar así y de sentir esas cosas, el siguiente paso es que aparezca la inercia, y se empiece a dejar de hacer actividades. Es comprensible. Si nuestro estado de ánimo es bajo y los pensamientos son un tanto oscuros, lo que menos nos apetece es hacer cosas.
Primero se suele empezar por abandonar aquellas actividades que nos hacen pasarlo bien, como por ejemplo, salir con amigos, caminar, leer… son nuestras actividades voluntarias. Nuestro bajo estado de ánimo hace que no disfrutemos de lo que antes nos hacia disfrutar.
4º al privarnos de esas actividades placenteras que todos necesitamos para sentirnos bien se puede ver como otra pérdida más, lo que a su vez va a provocar más daño emocional. Ambos provocarán más inercia e inhibición conductual y el círculo volverá a empezar.
Frenar este círculo es muy importante ya que si no se hace a tiempo puede derivar en un estado depresivo, no dudes en pedir ayuda si sientes que por ti mismo, en este momento, no puedes hacerlo. Permítete estar a gusto contigo mismo.