CONSEJOS PARA LA ONICOFAGIA
Al hábito de morderse las uñas le llamamos onicofagia y es muy difícil de eliminar. Este hábito suele iniciarse en la infancia y puede ser por imitación o ansiedad. La mayoría de las veces los niños dejan de morderse las uñas con el paso del tiempo, aunque en ocasiones persiste el comportamiento ya que se ha convertido en un hábito. Aún así, existen algunas pautas que nos pueden ayudar.
- Utilizar remedios caseros, guantes en invierno, esmaltes de uñas… Estas técnicas son un parche pero no una solución. De todas formas, nos ayudan a modo de recordatorio para el niño a la hora de hacerle consciente de las situaciones en las que se muerde las uñas.
- Lo primero es hacer consciente al menor de las consecuencias de morderse las uñas, así como lo peligroso de la conducta. Explicar al niño que cuando se muerde las uñas le pueden salir padrastros que duelen, se pueden deformar los dedos y tener unas manos con un aspecto poco aseado. Explicarles que las uñas están expuestas a la suciedad de lo que tocamos y si las mordemos nos puede producir infecciones. Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan, da mala imagen… Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos, se puede hacer daño al pintar…
- Conforme ella vaya siendo consciente de en que situaciones se muerdes las uñas y se dé cuenta de la conducta, hay que buscar una actividad alternativa, por ejemplo, cuando nos vayamos a morder las uñas, nos guardamos la mano en el bolsillo.
- Tenemos que hacer partícipes, tanto del signo o palabra clave como de la actividad alternativa, a las personas que tratan de manera cercana con el pequeño o pequeña.
- Empezaremos con una uña que acordaréis. Y poco a poco, según se vayan cumpliendo los objetivos, continuaremos uña por uña.
- Es muy importante alabar y premiar verbal y afectivamente los progresos, en especial, cuando una uña le crezca.
- Regañarle cada vez que se está mordiendo las uñas no es lo más adecuado, puesto que puede interpretarlo como una herramienta para conseguir vuestra atención.
- Una vez identificadas las situaciones y los signos en la persona que le llevan a morderse las uñas, en este caso el colegio sobretodo, debes acordar con él/ella un signo o una palabra clave, que le va a ayudar a ser consciente de ese momento en el que se va a morder las uñas. El signo o la palabra debe ser algo disimulado que permita ponerlo en práctica cuando estáis con más gente. No ayuda nada el decir bien alto y para que te oigan que “mi niño tiene un problema porque se come las uñas”. Si es tu hijo, haz que esta cuestión sea privada, de la familia, no del colegio ni del vecindario.
CONSEJOS PARA LA ONICOFAGIA
Al hábito de morderse las uñas le llamamos onicofagia y es muy difícil de eliminar. Este hábito suele iniciarse en la infancia y puede ser por imitación o ansiedad. La mayoría de las veces los niños dejan de morderse las uñas con el paso del tiempo, aunque en ocasiones persiste el comportamiento ya que se ha convertido en un hábito. Aún así, existen algunas pautas que nos pueden ayudar.
- Utilizar remedios caseros, guantes en invierno, esmaltes de uñas… Estas técnicas son un parche pero no una solución. De todas formas, nos ayudan a modo de recordatorio para el niño a la hora de hacerle consciente de las situaciones en las que se muerde las uñas.
- Lo primero es hacer consciente al menor de las consecuencias de morderse las uñas, así como lo peligroso de la conducta. Explicar al niño que cuando se muerde las uñas le pueden salir padrastros que duelen, se pueden deformar los dedos y tener unas manos con un aspecto poco aseado. Explicarles que las uñas están expuestas a la suciedad de lo que tocamos y si las mordemos nos puede producir infecciones. Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan, da mala imagen… Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos, se puede hacer daño al pintar…
- Conforme ella vaya siendo consciente de en que situaciones se muerdes las uñas y se dé cuenta de la conducta, hay que buscar una actividad alternativa, por ejemplo, cuando nos vayamos a morder las uñas, nos guardamos la mano en el bolsillo.
- Tenemos que hacer partícipes, tanto del signo o palabra clave como de la actividad alternativa, a las personas que tratan de manera cercana con el pequeño o pequeña.
- Empezaremos con una uña que acordaréis. Y poco a poco, según se vayan cumpliendo los objetivos, continuaremos uña por uña.
- Es muy importante alabar y premiar verbal y afectivamente los progresos, en especial, cuando una uña le crezca.
- Regañarle cada vez que se está mordiendo las uñas no es lo más adecuado, puesto que puede interpretarlo como una herramienta para conseguir vuestra atención.
- Una vez identificadas las situaciones y los signos en la persona que le llevan a morderse las uñas, en este caso el colegio sobretodo, debes acordar con él/ella un signo o una palabra clave, que le va a ayudar a ser consciente de ese momento en el que se va a morder las uñas. El signo o la palabra debe ser algo disimulado que permita ponerlo en práctica cuando estáis con más gente. No ayuda nada el decir bien alto y para que te oigan que “mi niño tiene un problema porque se come las uñas”. Si es tu hijo, haz que esta cuestión sea privada, de la familia, no del colegio ni del vecindario.
CONSEJOS PARA LA ONICOFAGIA
Al hábito de morderse las uñas le llamamos onicofagia y es muy difícil de eliminar. Este hábito suele iniciarse en la infancia y puede ser por imitación o ansiedad. La mayoría de las veces los niños dejan de morderse las uñas con el paso del tiempo, aunque en ocasiones persiste el comportamiento ya que se ha convertido en un hábito. Aún así, existen algunas pautas que nos pueden ayudar.
- Utilizar remedios caseros, guantes en invierno, esmaltes de uñas… Estas técnicas son un parche pero no una solución. De todas formas, nos ayudan a modo de recordatorio para el niño a la hora de hacerle consciente de las situaciones en las que se muerde las uñas.
- Lo primero es hacer consciente al menor de las consecuencias de morderse las uñas, así como lo peligroso de la conducta. Explicar al niño que cuando se muerde las uñas le pueden salir padrastros que duelen, se pueden deformar los dedos y tener unas manos con un aspecto poco aseado. Explicarles que las uñas están expuestas a la suciedad de lo que tocamos y si las mordemos nos puede producir infecciones. Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan, da mala imagen… Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos, se puede hacer daño al pintar…
- Conforme ella vaya siendo consciente de en que situaciones se muerdes las uñas y se dé cuenta de la conducta, hay que buscar una actividad alternativa, por ejemplo, cuando nos vayamos a morder las uñas, nos guardamos la mano en el bolsillo.
- Tenemos que hacer partícipes, tanto del signo o palabra clave como de la actividad alternativa, a las personas que tratan de manera cercana con el pequeño o pequeña.
- Empezaremos con una uña que acordaréis. Y poco a poco, según se vayan cumpliendo los objetivos, continuaremos uña por uña.
- Es muy importante alabar y premiar verbal y afectivamente los progresos, en especial, cuando una uña le crezca.
- Regañarle cada vez que se está mordiendo las uñas no es lo más adecuado, puesto que puede interpretarlo como una herramienta para conseguir vuestra atención.
- Una vez identificadas las situaciones y los signos en la persona que le llevan a morderse las uñas, en este caso el colegio sobretodo, debes acordar con él/ella un signo o una palabra clave, que le va a ayudar a ser consciente de ese momento en el que se va a morder las uñas. El signo o la palabra debe ser algo disimulado que permita ponerlo en práctica cuando estáis con más gente. No ayuda nada el decir bien alto y para que te oigan que “mi niño tiene un problema porque se come las uñas”. Si es tu hijo, haz que esta cuestión sea privada, de la familia, no del colegio ni del vecindario.
CONSEJOS PARA LA ONICOFAGIA
Al hábito de morderse las uñas le llamamos onicofagia y es muy difícil de eliminar. Este hábito suele iniciarse en la infancia y puede ser por imitación o ansiedad. La mayoría de las veces los niños dejan de morderse las uñas con el paso del tiempo, aunque en ocasiones persiste el comportamiento ya que se ha convertido en un hábito. Aún así, existen algunas pautas que nos pueden ayudar.
- Utilizar remedios caseros, guantes en invierno, esmaltes de uñas… Estas técnicas son un parche pero no una solución. De todas formas, nos ayudan a modo de recordatorio para el niño a la hora de hacerle consciente de las situaciones en las que se muerde las uñas.
- Lo primero es hacer consciente al menor de las consecuencias de morderse las uñas, así como lo peligroso de la conducta. Explicar al niño que cuando se muerde las uñas le pueden salir padrastros que duelen, se pueden deformar los dedos y tener unas manos con un aspecto poco aseado. Explicarles que las uñas están expuestas a la suciedad de lo que tocamos y si las mordemos nos puede producir infecciones. Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan, da mala imagen… Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos, se puede hacer daño al pintar…
- Conforme ella vaya siendo consciente de en que situaciones se muerdes las uñas y se dé cuenta de la conducta, hay que buscar una actividad alternativa, por ejemplo, cuando nos vayamos a morder las uñas, nos guardamos la mano en el bolsillo.
- Tenemos que hacer partícipes, tanto del signo o palabra clave como de la actividad alternativa, a las personas que tratan de manera cercana con el pequeño o pequeña.
- Empezaremos con una uña que acordaréis. Y poco a poco, según se vayan cumpliendo los objetivos, continuaremos uña por uña.
- Es muy importante alabar y premiar verbal y afectivamente los progresos, en especial, cuando una uña le crezca.
- Regañarle cada vez que se está mordiendo las uñas no es lo más adecuado, puesto que puede interpretarlo como una herramienta para conseguir vuestra atención.
- Una vez identificadas las situaciones y los signos en la persona que le llevan a morderse las uñas, en este caso el colegio sobretodo, debes acordar con él/ella un signo o una palabra clave, que le va a ayudar a ser consciente de ese momento en el que se va a morder las uñas. El signo o la palabra debe ser algo disimulado que permita ponerlo en práctica cuando estáis con más gente. No ayuda nada el decir bien alto y para que te oigan que “mi niño tiene un problema porque se come las uñas”. Si es tu hijo, haz que esta cuestión sea privada, de la familia, no del colegio ni del vecindario.
CONSEJOS PARA LA ONICOFAGIA
Al hábito de morderse las uñas le llamamos onicofagia y es muy difícil de eliminar. Este hábito suele iniciarse en la infancia y puede ser por imitación o ansiedad. La mayoría de las veces los niños dejan de morderse las uñas con el paso del tiempo, aunque en ocasiones persiste el comportamiento ya que se ha convertido en un hábito. Aún así, existen algunas pautas que nos pueden ayudar.
- Utilizar remedios caseros, guantes en invierno, esmaltes de uñas… Estas técnicas son un parche pero no una solución. De todas formas, nos ayudan a modo de recordatorio para el niño a la hora de hacerle consciente de las situaciones en las que se muerde las uñas.
- Lo primero es hacer consciente al menor de las consecuencias de morderse las uñas, así como lo peligroso de la conducta. Explicar al niño que cuando se muerde las uñas le pueden salir padrastros que duelen, se pueden deformar los dedos y tener unas manos con un aspecto poco aseado. Explicarles que las uñas están expuestas a la suciedad de lo que tocamos y si las mordemos nos puede producir infecciones. Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan, da mala imagen… Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos, se puede hacer daño al pintar…
- Conforme ella vaya siendo consciente de en que situaciones se muerdes las uñas y se dé cuenta de la conducta, hay que buscar una actividad alternativa, por ejemplo, cuando nos vayamos a morder las uñas, nos guardamos la mano en el bolsillo.
- Tenemos que hacer partícipes, tanto del signo o palabra clave como de la actividad alternativa, a las personas que tratan de manera cercana con el pequeño o pequeña.
- Empezaremos con una uña que acordaréis. Y poco a poco, según se vayan cumpliendo los objetivos, continuaremos uña por uña.
- Es muy importante alabar y premiar verbal y afectivamente los progresos, en especial, cuando una uña le crezca.
- Regañarle cada vez que se está mordiendo las uñas no es lo más adecuado, puesto que puede interpretarlo como una herramienta para conseguir vuestra atención.
- Una vez identificadas las situaciones y los signos en la persona que le llevan a morderse las uñas, en este caso el colegio sobretodo, debes acordar con él/ella un signo o una palabra clave, que le va a ayudar a ser consciente de ese momento en el que se va a morder las uñas. El signo o la palabra debe ser algo disimulado que permita ponerlo en práctica cuando estáis con más gente. No ayuda nada el decir bien alto y para que te oigan que “mi niño tiene un problema porque se come las uñas”. Si es tu hijo, haz que esta cuestión sea privada, de la familia, no del colegio ni del vecindario.
CONSEJOS PARA LA ONICOFAGIA
Al hábito de morderse las uñas le llamamos onicofagia y es muy difícil de eliminar. Este hábito suele iniciarse en la infancia y puede ser por imitación o ansiedad. La mayoría de las veces los niños dejan de morderse las uñas con el paso del tiempo, aunque en ocasiones persiste el comportamiento ya que se ha convertido en un hábito. Aún así, existen algunas pautas que nos pueden ayudar.
- Utilizar remedios caseros, guantes en invierno, esmaltes de uñas… Estas técnicas son un parche pero no una solución. De todas formas, nos ayudan a modo de recordatorio para el niño a la hora de hacerle consciente de las situaciones en las que se muerde las uñas.
- Lo primero es hacer consciente al menor de las consecuencias de morderse las uñas, así como lo peligroso de la conducta. Explicar al niño que cuando se muerde las uñas le pueden salir padrastros que duelen, se pueden deformar los dedos y tener unas manos con un aspecto poco aseado. Explicarles que las uñas están expuestas a la suciedad de lo que tocamos y si las mordemos nos puede producir infecciones. Se hace daño, provoca heridas e infecciones en los dedos, los dientes incisivos se desgastan, da mala imagen… Hay que adaptar la explicación a la edad del pequeño. Para un niño muy pequeño puede ser más efectivo hacerle ver que así no puede despegar las pegatinas de sus cuentos, se puede hacer daño al pintar…
- Conforme ella vaya siendo consciente de en que situaciones se muerdes las uñas y se dé cuenta de la conducta, hay que buscar una actividad alternativa, por ejemplo, cuando nos vayamos a morder las uñas, nos guardamos la mano en el bolsillo.
- Tenemos que hacer partícipes, tanto del signo o palabra clave como de la actividad alternativa, a las personas que tratan de manera cercana con el pequeño o pequeña.
- Empezaremos con una uña que acordaréis. Y poco a poco, según se vayan cumpliendo los objetivos, continuaremos uña por uña.
- Es muy importante alabar y premiar verbal y afectivamente los progresos, en especial, cuando una uña le crezca.
- Regañarle cada vez que se está mordiendo las uñas no es lo más adecuado, puesto que puede interpretarlo como una herramienta para conseguir vuestra atención.
- Una vez identificadas las situaciones y los signos en la persona que le llevan a morderse las uñas, en este caso el colegio sobretodo, debes acordar con él/ella un signo o una palabra clave, que le va a ayudar a ser consciente de ese momento en el que se va a morder las uñas. El signo o la palabra debe ser algo disimulado que permita ponerlo en práctica cuando estáis con más gente. No ayuda nada el decir bien alto y para que te oigan que “mi niño tiene un problema porque se come las uñas”. Si es tu hijo, haz que esta cuestión sea privada, de la familia, no del colegio ni del vecindario.