Existen muchos tipos de masaje: el relajante, el masaje circulatorio, el masaje descontracturante, el masaje linfático, el masaje deportivo, el masaje terapéutico… Cada uno de ellos presenta una finalidad y un modo de ejecución, por lo que es importante saber diferenciar cuál será el masaje más idóneo para cada persona, en función de las necesidades que ésta presente.
A través de los masajes se manipulan músculos, tendones, ligamentos, fascias, vasos sanguíneos y linfáticos… Diferentes estructuras del cuerpo de suma importancia para el mismo,
por lo que es precisa una actuación adecuada sobre las mismas para evitar posibles lesiones, secundarias a una mala ejecución del masaje.
Debido a esto, se recomienda que cada vez que necesitemos un masaje, acudamos a los profesionales adecuados y capacitados para realizarlos de la forma más segura, esto es, los fisioterapeutas.
La Fisioterapia es la única disciplina sanitaria que posee una titulación oficial y reglada por la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, la cual capacita al fisioterapeuta como único profesional sanitario cualificado para la utilización de medios físicos con el fin de prevenir y tratar problemas de salud cuando exista una dolencia, lesión o enfermedad y se busque un efecto terapéutico.
¿Cuáles son los signos que indican que necesitamos un masaje terapéutico por parte de un fisioterapeuta?
Lamentablemente, en nuestra sociedad son muchas las situaciones que nos producen estrés en el día a día. Dicho estrés es somatizado en forma de contracturas y dolencias que pueden originar una lesión mayor. Si a esto le añadimos las malas posturas mantenidas durante mucho tiempo, a nuestro cuerpo se le presenta la dificultad de restablecer sus parámetros a su estado normal.
Normalmente, el tipo de dolor más habitual es el dolor de espalda. Un trabajo de oficina en el que se dedica mucho tiempo al teléfono y ordenador, en el que se inviertan muchas horas de pie o en el que se cargue, levante o transporte material pesado son ejemplos de situaciones muy propensas a sobrecargar nuestra musculatura y generar un dolor de espalda que, en algunos casos, pueda derivar a algún tipo de disfunción.
Cuando nos duela alguna zona del cuerpo, cuando sintamos un pinchazo con ardor o quemazón en un músculo, cuando nos encontremos un músculo con tensión acumulada que resulte duro y doloroso a la palpación, cuando nuestra movilidad normal se vea limitada por el dolor, cuando presentemos parestesias/adormecimiento en algún miembro o incluso irradiaciones eléctricas a lo largo del mismo… nos encontraremos ante la necesidad de acudir a un fisioterapeuta.
La aplicación de un masaje terapéutico ayuda a corregir, mejorar o curar una lesión muscular. Se trata de un masaje fuerte y enérgico, combinado con estiramientos, que está indicado para aliviar las contracturas musculares por malas posturas o tensión acumulada, los dolores y la falta de elasticidad y movilidad. En este tipo de masaje es habitual llegar a un nivel muscular profundo para determinar con precisión el origen de la disfunción y el dolor, ya que pueden tratarse de contracturas mecánicas, defensivas, térmicas o emocionales.
Tras un buen masaje terapéutico, conseguiremos llevar a nuestro cuerpo a un estado de bienestar y restauración del mismo, indispensable para conseguir un nivel físico óptimo para afrontar con salud el día a día.
Ana V. Soler de la Rosa. Fisioterapeuta.