- Iniciar conversaciones.
- Modular el tono de voz.
- Comprensión muy literal del lenguaje.
- Falta de comprensión de las malas intenciones, bromas o dobles sentidos.
- Dificultades para comprender el lenguaje no verbal.
- La inhabilidad para comunicar sus frustraciones.
- Dificultad para hacer amigos.
- Quieren, pero no saben cómo.
- Ceguera social para interpretar normas y expresiones sociales.
- Dificultad para ponerse en el lugar de otra persona.
- Conductas socialmente inapropiadas.
- Tics nerviosos.
- Pocos juegos o pocas actividades de su interés.
- Preguntan obsesivamente por un tema que les interesa.
- Tienen rituales o manías.
Las estrategias generales de intervención en estos casos incluyen:
- Empleo de apoyos visuales en cualquier proceso de enseñanza.
- Asegurar un ambiente estable y predecible, evitando cambios inesperados.
- Favorecer la generalización de aprendizajes.
- Descomponer las tareas en pasos más pequeños.
- Ofrecer oportunidades de hacer elecciones.
- Ayudar a organizar su tiempo libre.
- Enseñar habilidades sociales y competencias comunicativas: interpretar miradas, ajustar el tono de voz, respetar turnos en las conversaciones, etc.
Recuerde, ellos son niños/as como el resto. Ellos tienen sus propias personalidades, capacidades, tienen gustos y aversiones, sólo necesitan ayuda, paciencia y comprensión de quienes les rodean.