La Neurodinamia (o neurodinámica) es la herramienta con la que los fisioterapeutas valoramos y tratamos los problemas de nuestros pacientes cuando el propio sistema nervioso es la fuente de síntomas (dolor, hormigueos..).Mediante la neurodinámica, los fisioterapeutas valoramos la salud del sistema nervioso y su implicación en los síntomas del paciente, ya que permite identificar los mecanismos por los cuales a los pacientes les molesta permanecer en determinadas posturas o realizar gestos concretos. Y, una vez realizado una correcta valoración, permite reducir los síntomas neuropáticos mediante la movilización del sistema nervioso.
La mecanosensibilidad neural es causa frecuente de síntomas en nuestros pacientes. Aparece cuando el propio tejido neural es responsable de la producción de síntomas en relación con determinados movimientos, como por ejemplo en los casos de ciática o síndrome del túnel carpiano.
¿Cuál es el objetivo de la Neurodinamia?
Mejorar la relación dinámica del tejido neural afectado (movimiento del nervio) con respecto a sus interfaces mecánicas (tejidos adyacentes) es uno de los objetivos de la neurodinámica. Para ello, emplea técnicas pasivas (aplicadas por el fisioterapeuta) o activas (ejercicios de autotratamiento).
¿Cómo se define la Neurodinámica?
Los nervios discurren a través de túneles entre músculos, huesos, fascias, piel,… para llegar a los tejidos que inervan. El paso por estos túneles o interfaces mecánicas puede verse afectado por la patología de los tejidos circundantes, llegando a provocar una disfunción neural.
Los nervios periféricos son estructuras vivas y sensibles con múltiples funciones fisiológicas (conducción de impulsos, flujo sanguíneo intraneural, transporte axonal, inflamación neurogénica, mecanosensibilidad); y también mecánicas, ya que reciben fuerzas de tensión, deslizamiento y compresión al adaptarse a los movimientos del cuerpo.
La función primordial de los nervios es la transmisión de mensajes electroquímicos. Su cumplimiento viene condicionado por la mecánica normal del sistema nervioso, que debe permitir movimientos libres de dolor.
Generalmente, al pensar en patología del nervio se ha aludido a la parálisis, falta de sensibilidad cutánea y disminución de los reflejos. Y al considerar el dolor de origen neural, se ha hecho referencia a la compresión nerviosa que provoca dolor y bloqueo de la conducción. No obstante, en la práctica, muchas veces, nos encontramos con dolor procedente del tejido nervioso sin déficits neurológicos detectables.
La disfunción neural
En la actualidad se acepta, dentro del concepto de disfunción neural, los procesos que cursan con los siguientes signos físicos:
- Postura antálgica (posición que adquiere el paciente para evitar el dolor, generalmente acortando el recorrido del nervio para disminuir su tensión).
- Alteración del movimiento activo.
- Alteración del movimiento pasivo, similar al activo.
- Respuestas anómalas en los tests neurodinámicos (tests específicos que someten a tensión y deslizamiento determinadas “porciones” del sistema nervioso).
- Alodinia mecánica en respuesta a la palpación de los nervios (dolor ante un estímulo que normalmente no desencadenaría dolor).
- Evidencia de una causa local que justifique la disfunción neural.
Conclusión
Ante una lesión o patología, no siempre existe una afectación única de las estructuras musculoesqueléticas, sino que el sistema nervioso también se ve afectado y es igual de importante para nuestra rehabilitación, realizar el tratamiento del mismo. Ante estos casos, usamos la neurodinamia, tanto como herramienta evaluativa como de tratamiento.