Con el paso del tiempo, nuestro cuerpo y nuestra piel requieren una atención más consciente y personalizada. A partir de los 40 años, los procesos de regeneración celular se ralentizan, la producción de colágeno disminuye, y tanto la piel como las articulaciones pueden empezar a mostrar signos de desgaste. Por eso, cuidar tu piel y tu cuerpo ya no es solo una cuestión estética, sino una inversión en salud y bienestar a largo plazo.
Cambios que no debemos ignorar
A esta edad, es común notar piel más seca, menos elástica, y con aparición de arrugas. También se pueden experimentar dolores articulares, disminución de masa muscular y mayor fatiga. Escuchar al cuerpo y adaptar nuestros hábitos es clave para mantenernos activos y sentirnos bien con nosotros mismos.
Hábitos y productos recomendados
En Altea Salut recomendamos combinar cuidados externos con un enfoque interno:
- Cuidado tópico: productos naturales como el Aceite de Rosa Mosqueta, el Aceite de Onagra o la crema Renovation 5.2 ayudan a mantener la piel hidratada, nutrida y protegida del envejecimiento prematuro.
- Suplementación: el uso de colágeno marino hidrolizado, magnesio y vitamina C es ideal para fortalecer articulaciones, huesos y mejorar la elasticidad de la piel.
- Ejercicio físico regular: actividades como pilates, tai chi o yoga favorecen la movilidad, tonifican el cuerpo y reducen el estrés.
- Terapias complementarias: la fisioterapia, la nutrición personalizada y técnicas como el reiki potencian el bienestar integral.
Escoge una rutina que respete tu ritmo
Cada persona es única, y más aún a partir de los 40. Lo más importante es desarrollar una rutina de autocuidado que te haga sentir bien, que sea sostenible en el tiempo y que incluya momentos para ti. En Altea Salut, te acompañamos a crear ese equilibrio con un enfoque integral y human